«El éxito del yoga no radica en la capacidad de realizar posturas, sino en cómo cambia positivamente la forma en que vivimos nuestras vidas y nuestras relaciones«
– T. K. V. Desikachar –
Las posturas, o asanas en sánscrito, son probablemente la parte del yoga con la que estás más familiarizad@. Más allá de estirar y aumentar la fuerza y la flexibilidad, las posturas de yoga te ayudan a obtener sintonía contigo mism@, tu cuerpo y tu entorno.
Para los maestros de yoga tradicionales, las asanas son solo una parte del sistema yóguico. Las posturas son la base de la tercera rama del clásico camino óctuple del yoga formulado por el maestro de yoga Patanjali. Los expertos en yoga tradicional y ayurveda ven el cuerpo como un templo dedicado al espíritu. Creen que debes mantener el cuerpo puro y hermoso para honrar la realidad espiritual que alberga. Cada postura es otra forma de recordar el principio superior – comúnmente llamado espíritu divino o trascendental – que el cuerpo consagra.
El término asana originalmente se refería simplemente a estar «sentado» para la meditación. Según los Sutras de Patanjali una postura debe ser cómoda y estable: ‘Sthira Sukham Asanam’. Mil cuatrocientos años después el Hatha Yoga Pradipika describiría un total de quince posturas a partir de las cuales se han derivado las que conocemos hoy. El Pradipika describe también funciones metafísicas de las posturas, como por ejemplo:
1.28. Paschimottanâsana: permanecer con las dos piernas
extendidas en el suelo sujetando los dedos de los pies con
las manos y apoyando la cabeza sobre las rodillas.
1.29. Esta excelente âsana hace que el prâna fluya a través
de sushumna, estimula el fuego gástrico (pitta), flexibiliza la
espalda y elimina todas las dolencias que afectan a las
personas.
Según todos los manuales tradicionales de yoga, el objetivo principal del asana es preparar el cuerpo para que entre en un estado tranquilo y sereno a los ejercicios de respiración y meditación. Por ello, los practicantes no deberían acercarse a las posturas de yoga casualmente, pero respetuosamente y con un gran enfoque mental.
Si prefieres practicar Yoga sin tales ideas, aún puedes usar la postura como una forma de mantener a todo el organismo sano y en armonía. Durante estas posturas, se puede tener una sensación de calma de manera psicológica y al mismo tiempo el cuerpo obtiene flexibilidad, libera tensión y los músculos se tonifican. Las asanas tienen una estimulación beneficiosa en los músculos, órganos, sistema nervioso y glándulas.
No es necesario realizar contorsiones super complicadas para poder gozar de los beneficios de esta práctica. Me parece gracioso que muchas personas aún piensan: ‘el Yoga no es para mí, soy muy poco flexible’. En realidad cualquier persona puede notar los cambios indistintamente de sus condiciones físicas de partida. Cuando fui a mi primera clase hace 18 años tenía muy poca flexibilidad. A pesar de que era joven, no llegaba ni siquiera a tocarme los pies. Esa flexibilidad la fui ganando con la constancia y a pesar del tiempo continúo progresando hacia posturas más avanzadas, no porque sea obligatorio, porque tenga que competir con el mundo o conmigo misma, sino porque mi cuerpo va ganando día tras día fuerza y flexibilidad, y me permite llegar un poco más allá pero siempre respetando los límites no solo de mi cuerpo sino también de mi mente y mis emociones. ¿De mi mente y mis emociones? Sí. Las asanas de Yoga influyen no solo en tu cuerpo físico sino también en tu campo energético. Quien practica con frecuencia puede notar como el estado psico-emocional puede influenciar el nivel de las asanas y a su vez la práctica de Yoga contribuye con la serenidad de la mente y a mejorar el estado de ánimo.
Las asanas no tienen la finalidad de esculpir el cuerpo dentro de estereotipos establecidos en una cultura o sistema social determinado. ‘Buty Yoga’, ‘Yoga fitness’ ‘Yoga para las nalgas y el abdomen’ solo utilizan esta palabra para fines comerciales. Son sistemas de ejercicios físicos como lo pueden ser el pilates, la gimnasia o el contorsionismo circense y son tan interesantes y válidos como cualquier otro, pero no son Yoga.
Una postura para ser un asana debe estar sincronizada con la respiración. La mente debe estar enfocada en el aquí y el ahora, llevando la conciencia al tiempo-espacio que ocupa cada molécula de tu cuerpo con cada movimiento. Mientras más se profundiza en la respiración con mayor consciencia se podrá entrar en cada postura y mantener este nivel de consciencia te hará llevar con más facilidad la mirada hacia tu interior. Por ello no son un fin sino un medio que utiliza nuestro Atman como parte de la experiencia terrenal en el juego de la vida.
El Yoga físico es el ‘gancho’ que atrae a la mayoría de las personas. Aunque muchos llegan con fines terapéuticos, para mejorar su estado físico, por recomendación médica o para manejar el estrés, tarde o temprano algo hace ‘click’ en su interior y les lleva a buscar y aprender sobre este fascinante camino llamado Yoga.
Con amor
Adri @YoGanesha
Referencias: El Libro del Yoga. Swami Vishnu Devananda. 1974.